La guerra del coltán, en la
República Democrática del Congo. Almudena Grandes, 06/ 07/ 2018
Oficialmente,
empezó en 1998 y terminó en 2003, pero en 2005 ya le había costado la vida a
más de cuatro millones de personas. Todavía hoy se calcula que un kilo de
coltán supone, como mínimo, dos muertes. Eso en las minas, donde, con suerte,
los trabajadores cobran un euro por catorce horas de trabajo subterráneo. Luego
está la guerra a la que ya nadie quiere llamar guerra, el terror provocado por
más de ciento veinte pequeños ejércitos que explotan yacimientos ilegales,
masacran pueblos enteros, violan a mujeres y niñas, y reclutan a los niños para
convertirlos en soldados.
Y
todo por un mineral, formado por la unión de otros dos, la columbita y la
tantalita, que es imprescindible para fabricar los condensadores que usan la
mayoría de los smartphones, los móviles que hoy ya tiene todo el mundo.
La
República Democrática del Congo concentra el ochenta por ciento de las reservas
del coltán del planeta. Las multinacionales son culpables de fomentar la
explotación criminal que provoca un auténtico exterminio en aquel país (…).
Antonio Pampliega sobre el infierno del
Coltán (enero, 2018)
La
explotación del coltán, un mineral imprescindible para fabricar instrumentos
básicos en la era de la comunicación como móviles, consolas o videojuegos,
mueve miles de millones de dólares en el mercado negro y ha generado una tupida
red de tráfico llevada a cabo por mafias internacionales. Denunciar esta
situación desde el propio terreno es exponer la vida a un riesgo inmediato de
muerte.
El
fotoperiodista Antonio Pampliega, especializado en cubrir información desde los
lugares más conflictivos y peligrosos del planeta como Siria o Irak, explica:
«Es sorprendente el nivel de violencia que hay en este país. Después de diez
años cubriendo conflictos bélicos, el Congo es uno de los peores destinos en
los que he trabajado. Hay que contar el sufrimiento al que están sometidos
millones de personas por culpa del coltán, las condiciones a las que están
sometidos los trabajadores de las minas, niños, mujeres y hombres prácticamente
esclavizados».
Más
del 80% del coltán que existe en el mundo procede del Congo. A pesar de los
numerosos intentos de legalizar la extracción de este mineral o las medidas
adoptadas por Naciones Unidas e impulsadas por grandes potencias como Estados
Unidos, el país está sometido por guerrillas y traficantes capaces de
esclavizar a poblaciones enteras para conseguir este preciado material. «El
Congo es uno de los países más ricos del mundo en recursos naturales pero
curiosamente es el tercero más pobre», apostilla Pampliega.
El
corresponsal de guerra y su equipo visitaron las localidades de Butembo y Beni,
en el noroeste del país, la zona más conflictiva del Congo. Allí, en los
últimos meses, centenares de personas han sido masacradas por las guerrillas.
Pampliega patrulló con un batallón de soldados de la ONU, en combate permanente
con la guerrilla Mai-Mai y charló con trabajadores de organizaciones de ayuda
para explicar la situación en la que viven y cómo se puede ayudar al Congo.
Actividad:
1- ¿Para qué se usa el mineral coltán?
2- ¿Qué relación tiene ese mineral con la guerra del Congo?
3- ¿Qué medidas toman los países fronterizos, la ONU o las empresas que compran el mineral para evitar la explotación que se genera en las minas de coltán del Congo? ¿Por qué?
4- Mira el este vídeo en internet de enero de 2015 http://www.antena3.com/programas/en-tierra-hostil/las-claves/coltan-mueve-mundo_2015011300376.html y di qué actitud toma esta empresa de móviles ante el problema que se le plantea sobre el coltán.